
he cerrado a todos mi corazón para entregártelo todo a ti.
Te invoco y te llamo a todas horas y en todos los lugares.
Tú ves los secretos del alma pero nosotros no te vemos a ti.
Siento tal nostalgia por la distancia
que mi anhelo acelera los pasos de tu perdón.
Estoy exiliada del Reino,
lloro continuamente tu separación,
pero este mismo llanto es el roce de la proximidad de tu luz.
Javier Mellorri